Pineda de Mar disfruta de un clima mediterráneo, con veranos calurosos, aunque no extremados, e inviernos templados. Su temperatura media se situa alrededor de los diecisiete grados, lo que convierte a la población en un destino agradable en cualquier época del año. Durante los meses de julio y agosto el termómetro se sitúa en unas máximas que superan levemente los treinta grados, circunstancia que favorece el disfrute del sol y de la playa sin tener que sufrir un calor excesivamente riguroso. Por el contrario, en el invierno la temperatura sólo en contadas ocasiones baja de los cinco grados, y fenómenos como nieblas, heladas, granizo o precipitaciones de nieve son verdaderamente escasas. Los meses más lluviosos acostumbran a ser los del otoño, y las precipitaciones casi nunca adoptan la forma de tormenta, cosa que añadida a la suavidad de la orografía pinedense evita las crecidas repentinas de los cauces naturales de agua, abundantes en otras poblaciones cercanas. La protección que proporciona la Cordillera Litoral permite, por otro lado, que la población no padezca tampoco ventoleras excesivamente agresivas.
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