De niños, hace no tanto tiempo, pongamos por caso dos decadas para atras, todos soliamos hacer mas o menos lo mismo: aprovechar el verano para disfrutar el aire libre todo lo posible, jugando a los juegos conocidos o inventando otros especialmente para la ocasion, de manera tal que, al promediar la tarde, estabamos agotados, hambrientos y con mucha sed.
Ante la falta de gaseosas era comun que recurrieramos a las viejas plantas de naranja que mas de un vecino del barrio tenia y, subidos a sus ramas, disfrutaramos de ese producto natural y fresco cuyo sabor todavia, pese al tiempo transcurrido, persiste con satisfaccion en nuestras gargantas, casi con el mismo poder que las magdalenas de Proust.
El problema es que, si le contamos estas historias a nuestros hijos no pueden creerlas porque ellos solo conocen las anemicas frutas producidas y comercializadas por inmensos ingenios frutihorticolas donde lo que importa es vender mucho aunque no sea bueno; de tal manera que pagamos a precio de oro productos que no son ni una decima parte de buenos de los que soliamos comer cuando niños.
Por eso, si usted quiere recuperar el sabor perdido de su niñez debe comprar naranjas valencianas. Estas naranjas han sido cultivadas dedicadamente por jovenes agricultores que quieren que sus clientes reciban la mayor calidad y puedan disfrutar del autentico sabor de las naranjas, ese que se consideraba perdido para siempre.
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